Esta tarde me senté en un viejo banco solitario en medio del bullicio de esta ciudad. Quería hablarte de lo maravilloso que eres ... aunque me resultaba muy difícil encontrar las palabras adecuadas, por eso, me entretuve acariciando las grietas de la madera hasta que el sol me ayudó y pude verte.
Perdona si no recuerdo el destello que tenía tu mirada el día que te conocí pero tu sonrisa difuminó todo lo que me rodeaba.
Hubo noches en las que soñé contigo, sí, las hubo. Fui el caballero que, en otro tiempo, en otro lugar, corrió tras de ti por pasadizos secretos flanqueados por antorchas. Aquel que te dió caza y te arrinconó contra un muro mientras sus labios se deslizaban por tu cuello. El que clavó sus ojos hechizados en los tuyos y desenfundó la espada de su vaina para despojarte, con su punta, de tus ropas.
Disculpa si alguna vez no valí el cariño que pagaste por mí, si egoistamente pretendí una respuesta, pero la vida me enseñó que amar no era poseer sino compartir mi alegría sin esperar recibir nada a cambio.
Crecí contemplando con orgullo tu fuerza, la valentía con la que te enfrentaste a las adversidades, y conmoviéndome en las ocasiones en las que me encontré con esos ojitos tristes porque en ellos vi la claridad que irradian las estrellas. ¿Sabes que te rodea un aura que te hace especial?, ¿sabes lo que siento cuando se dibuja la felicidad en tu rostro?.
Sigue andando conmigo. Te llevaré por senderos en los que no hay espinas. Continuemos nuestro rumbo luchando por lo que amamos, te he reservado una plaza, siempre en el lado mejor del camino.
Son solo letras, y tal vez simples, pero son tuyas.
1 comentario:
Son solo letras, tan bellas que ningun regalo puede hacerlas sombra
Besoss vanira
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